Faltan: días / horas / minutos / segundos


Proyecto 11:59:59

Cápsula del tiempo

Antes de empezar, te invitamos a leer una pequeña historia para que te inspires



Hay de sueños a sueños

Veníamos de regreso de la escuela cuando empecé a sentirme mal, con las piernas pesadas y como si tuviera fiebre. La calle me parecía cada vez más larga, tenía la boca seca y la lengua como si fuera de cartón. Pelaba los ojos buscando un árbol para protegerme del sol y descansar un poco, estaba tan desesperado que perdí de vista a mis amigos. De pronto estaba solo, en medio de una calle gigantesca, negra y caliente como un comal cuando comenzó a sonar la alerta de domo de calor, entonces me desmayé. Bueno, más bien me desperté.

De un brinco volví a la realidad, pero que me haya despertado la alarma de mi despertador y no una alerta futurista no me hizo sentir mejor. Estaba sudando y no era sólo por la pesadilla, realmente hacía calor. Ya más recuperado, me di cuenta de que estos calores me están afectando más de lo que creía.

Resulta que desde el miércoles no nos dejan ir a las canchas a la hora del recreo, ahora tenemos que permanecer en el área de las jardineras; pero con la emoción de que ya falta poquísimo para las vacaciones, algunos ya no hacen mucho caso y unos niños de tercero se escaparon para echarse una cascarita. Todo les habría salido bien si no es porque, al regresar, uno de ellos se desmayó. —Seguro le dio un golpe de calor— escuché decir a alguien en medio de la bolita que se juntó a su alrededor. Ese mismo día más tarde, la orientadora fue al salón a explicarnos por qué es importante tomar medidas ante las olas de calor y nos recordó que para el lunes ya tenemos que haber escrito nuestra cápsula del tiempo, pues se tiene que sellar antes de que acabe el año escolar. Lo malo es que ya no será tema libre. Con el chistecito del desmayado, al que por cierto no le pasó nada más que el susto, ahora en la escuela quieren que entendamos los peligros del cambio climático —el tema para la cápsula será “el calentamiento global y el futuro”—nos dijo la orientadora. Así que ahora tenemos que escribir cómo nos imaginamos que será el mundo dentro 10 años y qué esperamos para nuestro futuro. Así, cuando seamos adultos y regresemos a abrir la cápsula, descubriremos si nuestras predicciones fueron ciertas y nuestros deseos se cumplieron.

La orientadora aún no acababa de irse cuando empezaron los rumores. Una compañera dijo que gracias al cambio climático, cada año habrá más olas de calor y que serán cada vez más fuertes. Mi amigo Bruno, que no sabe quedarse callado, dijo que lo de la ola de calor era un invento para tenernos calmados y remató diciendo, —ese cuate se desmayó porque de seguro no desayunó. Así estuvimos hasta la salida, unos asegurando que estamos a punto de arder por el calentamiento global, y otros aferrados a que la Tierra tiene un sistema automático para controlar el clima y que nada malo pasará.

Afortunadamente hoy es sábado, y después de apagar el despertador y tomar un poco de agua me pude volver a dormir un rato. Pero desperté con muchas dudas sobre el clima y aproveché el desayuno para preguntarle a mi familia: ¿Es verdad que cada vez hará más calor? Cuando yo sea grande, ¿el mundo será un desierto? ¿Cómo será el futuro?

—Tranquilo hermanito, el futuro va a ser hermoso— respondió mi hermano cerrando los ojos. Me dio risa porque yo sabía el motivo de su optimismo, ayer, él y Sofía por fin se hicieron novios. Mi mamá le dio un zape y dijo que es verdad que el cambio climático está alterando nuestro planeta. Luego aclaró que según los expertos, estamos a tiempo de evitar una catástrofe si antes del 2030 reducimos los famosos gases de efecto invernadero —si logramos frenar el calentamiento global es posible que el futuro sea muy parecido al presente, incluso mejor en áreas como la medicina. Pero la verdad, la verdad… nadie puede asegurar nada— dijo mi mamá algo pensativa mientras seguía comiendo su quesadilla.
—Pues yo creo que el primer paso para que el futuro sea bueno es imaginar cómo nos gustaría que fuera. A mí me gusta pensar que con estos calorones, desde ahora todos tomaremos conciencia y haremos hasta lo imposible para bajar la temperatura del planeta. A Poco no estaría padrísimo celebrar el fin de año del 2029 sin tanta preocupación, acampando frente a una fogata en la montaña del pueblo— dijo mi papá emocionado.
—¡Ay no, a tu pueblo siempre vamos!— rezongó mi hermano, —si se trata de soñar, yo me imagino con ustedes cenando en un hotel de lujo y luego viendo el amancer en la playa con Sofía y mis amigos.
—Pues para que cualquiera de sus sueños se haga realidad, tendremos que comer menos carne y dejar de usar el coche, y no sólo para ahorrar, sino porque todo eso contamina— dijo mi mamá para bajar de su nube a mi hermano y nos hizo prometer que de ahora en adelante a donde se pueda ir iremos caminando o usaremos el transporte público.

A diferencia de mi papá y mi hermano que quieren viajar, y no se diga de mi mamá que de seguro querrá festejar con música y baile a todo lo que da, yo sería feliz dando un paseo por mi ciudad, aunque eso sí, me gustaría que fuera más parecida al campo. ¿A poco no sería genial que hubiera más áreas verdes para practicar deportes de aventura y que para ese entonces hayamos rescatado alguno de los ríos entubados? Por lo pronto veré cómo se le puede hacer para sembrar más árboles y trataré de seguir estudiando para descubrir cómo hacerle para conservar nuestro planeta, porque si no lo hacemos todos, quién sabe si lleguemos sanos y salvos al 2033 para abrir la cápsula de la escuela. Ahora me voy a escribirla, que tampoco para eso queda mucho tiempo.


31 de diciembre de 2029, 11:59:59


Cápsula del tiempo

Así como hay canciones que al escucharlas nos dan ganas de bailar, hay otras que nos ponen tristes. Seguro te ha pasado que una película o un libro cambia tu estado de ánimo. Así es la vida, en un momento estamos tristes, y al siguiente no podemos dejar de sonreír. A veces soñamos tan bonito que no quisiéramos despertar, otras veces, nuestras pesadillas son auténticas películas de terror. Como éstas, hay un montón de cosas que no podemos controlar, pero hay otras que sí están en nuestras manos, el futuro por ejemplo. Mucho de lo que pasará en el mañana depende de lo que hagamos hoy para cuidar nuestro planeta.

Seguramente has escuchado en las noticias que las temperaturas elevadas y los desastres naturales son consecuencia del cambio climático provocado por la actividad humana, lo que significa que cada uno de nosotros es responsable de escribir el siguiente capítulo de la historia de la humanidad.

¿Quieres un futuro con momentos de alegría y de tristeza como hasta ahora, o quieres vivir todo el tiempo con incertidumbre? 

La respuesta parece obvia, pero tenemos que empezar por imaginar un futuro que nos motive a tomar las acciones necesarias para controlar el calentamiento global antes de que cause más desastres. A diferencia de la cápsula del tiempo del cuento, aquí sólo tendrás que imaginar cómo quisieras celebrar el 31 de diciembre del 2029 para que a las 11:59:59 compartamos el momento más esperanzador de nuestra historia.


Calcula cuántos años vas a tener ese día:

¿Con quién te gustaría estar? ¿En dónde? ¿Haciendo qué cosas?

¿Qué vas a hacer para cumplir tu sueño?

Si te faltan ideas, descarga la Infografía sobre el calentamiento global.

Ahora serás parte de la gran comunidad que está uniendo fuerzas para cambiar el futuro.

Para que más personas, sobre todo niñas, niños y adolescentes sueñen con un futuro que los llene de esperanza, comparte este link: https://www.proyecto115959.mx/futuro


Te compartimos un video para que nunca olvides hacer todo lo posible para que el 31 de Diciembre del 2029 a las 11:59:59 celebremos un futuro sustentable.